Entre Líneas - El argentino en la playa

Historias hace que comenté sobre una estancia llamada Mar del Tuyú, sobre la costa del mar atlántico argentino, una población pequeña, pero abarrotada de hoteles, cabañas y restaurantes volcada a la industria del turismo, que se mueve a borbotones en la época de verano, casi que creo, exagerando un poco, que es un pueblo que existe por eso, si no hubiera verano ni existiera.

Sin duda alguna la razón de existir de la industria del turismo argentino, es el mismo argentino, como habitante de este territorio, y fueron ellos los que más me llamaron la atención en la playa, es tan rica la actividad humana que da para todo, y en ella encontramos vestigios de la cultura general de todo un país, en cualquier sitio del mundo donde esté uno de sus nacionales. Por supuesto, yo como colombiano me sentía extraño en aquella playa, y más por las acciones que observaba a mi alrededor.

El argentino, tipo excéntrico y egocéntrico, es aquel que va a la playa, literalmente, no va al mar, ellos no van a bañarse precisamente, van a explayarse en grandes toallas o sillas a tomar sol, diría yo: “a chupar sol”, porque se vuelve una absorción excesiva y bastante criticable medicamente la que hacen, muchos quedan color naranja. No siendo suficiente con el incesante sol, se sientan a tomar mate, si para el colombiano lector, si, MATE, una bebida caliente, muy caliente para sus niveles de tolerancia, a mí no me cabía en la cabeza, pero es un tema cultural, respetable.


Además de tomar mate, la maravilla de un coctel de camarón para nosotros, es comer churros con dulce de leche para ellos, sí, un alimento frito o comen galletas dulces; no pasan los "mancitos" vendiendo accesorios artesanales, o servicio de masajes, sino negros africanos, desplazados a Argentina, vendiendo joyas y relojes, y un carrito de helado cada hora o más. ¡No se ve una sola cerveza fría! ¡No se oye ni un reggae! Más bien poca música en comunidad, más gente haciendo ejercicio, y “embelleciéndose” con el bronceado que disfrutando del mar, su brisa y su paisaje. Eso sí, para ver mujeres, con buenos cuerpos y sin tantos tabúes para mostrarlo, le quedaría bueno pasar por acá si es hombre, y si es mujer seguro que también va a encontrar buenas opciones de admirar.

A ellos y su actuar que los estudie mi mamá, que es la que estudia folclor, pero yo en este sentido me designo muy colombo-caribeño, y me pueden más mis raíces que mi academia para el estudio de las actividades humanas, y poder asimilar ser como un argentino en la playa.

Comentarios

  1. Yo definitivamente me quedo con mis negritos, mi coctel de camarón, mi aguileña, mi música.. y sobretodo mi kiosco (el paraguas de paja en la playa

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