Entre Líneas - Amores estacionales


Los amores de verano, que difícil concepto ese, tan subjetivo y variable por cada persona que lo pueda llegar a mencionar. La generalidad del concepto es la simpleza con la que podemos definir el significado de las palabras de la frase, un amor de verano, es como el cariño por un ratico, o si profundizamos, el amor en una temporada. Yo soy de los que tiendo a ir por la profundidad del sentimiento, ¿por qué? porque seré romántico, la verdad no lo sé, o un enamorado de la vida, de mis pasiones, de la mujer que cumpla con mis expectativas (muchas) expectativas, no mujeres, sin embargo, racionalmente pensando “amor de verano” me da la impresión que socialmente tiene un toque de informalidad despectivo, de un amor del todo escueto…

Considerándolo más de peso, prefiero ir al término que subordina y engloba al concepto de verano, es decir, su temporalidad en el año, ser una estación… que variedad de expresiones tendríamos en nuestra mano, de entrada cuatro, ¿le gusta el verano?, ¿la primavera?, ¿el otoño? o ¿el invierno?, con todas podríamos proponer metáforas en el desarrollo de sentimientos y emociones, decimos genéricamente verano porque en el mundo se acostumbra a que las vacaciones son en el verano, y es cuando se da paso a momentos de relajación, de descomplique, de soltura en los compromisos, de cosas por el rato, pero como saber si del rato no se puede ir a mayores?… he ahí el chiste del asunto.

No sé ustedes a qué le llaman amor, y no tendría por qué saberlo, pues ni siquiera yo sé del todo a lo que yo llamo amor, sólo sé cómo un montón de emociones reunidas me ponen a pensar en esa posibilidad que hace mucho tiempo no pienso, y hasta debe ser la razón por la cual escribo esto. Ver una persona (mujer en mi caso) que aparece inesperadamente y al primer contacto visual me genera una especie de congelamiento facial, y de revoltura estomacal, que no es una cagada, y que acto seguido del saludo, ya sea con un abrazo, un beso, una sonrisa o una presentación en el caso que uno no la conozca, la Antártida completa me rodea con un pequeño escalofrío… ahh si no dije que esto me pasó, entonces ahí empecé a perder el año, pues sin avanzar mucho empieza uno con la bobada de enamorarse de manera egoísta, porque eso se empieza en solitario.

Cuando esto pasa, seguido de sucesos de avance, donde existe una atracción física mutua, hay química de personalidades, hay simpatía por las maneras de pensar, y gustos por la manera de bailar, abrazar y besar, es difícil considerarlo un amor pasajero, inevitablemente queda un lindo recuerdo, hincado en la mente, y si la dulzura fue mucha, hincado en el corazón. Son situaciones que en tu mente en cuestión de minutos pasan de ser una noche de sexo, a un fin de semana de compañía, a una semana de disfrute y a uno, dos o tres meses de romance.

Un amor temporal es aquel que nace como un despectivo amor pasajero o aventurero, pero que se vuelve un amor caprichoso, persistente y perseverante como para hacerte ilusionar, soñar, y proyectar en el tiempo, un amor verdadero, que configura una nueva concepción del tiempo de duración. Y quien quita que algo así esté pasando en mi caso… o le pase a usted en el suyo.

Comentarios