Mini-historias: El Noff


¿Noff? ¿Qué sentido tiene esa incoherente sílaba? En nuestro adornado español, ninguna, no dice nada, no suena a nada, y creo que hasta no produce nada.
No todo a simple vista es lo que parece, es más, soy de los que cree que generalmente aquello que ves a simple vista termina por no ser del todo así, aunque soy devoto de hacerle caso a la percepción. Sin embargo, el asunto viene en comprender el título: ¿Qué es noff?
Cuando tenía 14 años, en mi adolescencia poco rebelde, manifestaba mi rebeldía que no era más que destellos de mi personalidad, mis aspiraciones, mis sueños en inclinarme hacia disciplinas de las artes aplicadas, dejaba crecer mi pelo más de “lo normal”, -lo normal: aquello aceptado como corte clásico en un colegio de hermanos cristianos-, pues violaba aquella norma del manual de convivencia de la institución cada tres semanas, porque en casa me negaba a cortarme el pelo, y en el colegio, en el recreo, la coordinadora me perseguía para regañarme y pedirme que debía hacérmelo cortar. Bueno, en el salón de clases mis compañeros me delataban cada que ella iba... el "Julito" sobre todo.
Tengo pelo de negro, sin ninguna intención de sonar discriminativo, es un cabello grueso, entre crespo, ondulado y liso quemado, que simplemente crece hacia arriba como retando a la gravedad, con la cual sólo pierde cuando alcanza unos 10 cm de largo, y eso... Esta forma de crecer, más dos o tres remolinos que tengo, desde niño hacía que en la parte superior de mi cabeza se formase un tumulto de pelo, al cual sólo a un amigo se le ocurrió denominar como un copete, y con el ánimo de desfogarse, ya que a él le decíamos cabezón, entonces me empezó a decir “copete” como apodo, de ahí otro amigo y mi hermano me empezaron a decir igual… ¡No pues tan chistosos ellos!
En el año 2003, para mis 15 años, llegó el tan anhelado PlayStation (One, sería llamado hoy) a mis manos, como regalo de cumpleaños de mi papá, y con estos dos mismos amigos y mi hermano nos dedicamos a “darle cajeta”, como diríamos en mi tierra, y jugando futbol largas tardes, así como hoy en día es aun recurrente para los de mi generación y nuevas generaciones, jugar futbol en consolas de video juegos.
Había un equipo, de la liga alemana que tenía un delantero de apellido Kapetanov, no sé si real o inventado por los creadores del juego, porque no recuerdo el nombre del juego, pero a mi amigo se le ocurrió que dentro de la palabra Kapetanov cabía el apodo de "copete", sólo para insistir en el apodo hasta cuando jugábamos videojuegos, de ahí nació decirme Kapetanov, Copetanov, Cope, Kape, entre otras ocurrencias para terminar diciéndome, después de muchos años, simplemente "noff".
Apodo que hoy acepto con todo el gusto, porque me recuerda historias de infancia, ocurrencias de niños, aprecios de vieja guardia, y el más puro sentimiento de amistad de uno de mis mejores amigos, que quiero como un hermano.

Sí, yo soy "el noff".
Escrito 24 de julio de 2018.

Comentarios

  1. Respuestas
    1. Jajaja y todas las que hay... Seguro podrás deducir los personajes de la historia ;)

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