Un mes después

Hace un mes salía del Hospital de Lecco en Italia, después de 6 días de zozobra, tras un desafortunado accidente de tránsito en el que un carro me arrolló poniendo mi vida al borde de decir: Fin. Gracias a Dios y a las mismas ganas mías de vivir eso no pasó.

Salí con varias heridas en mi brazo y mi pierna izquierda, y un desesperante dolor de cabeza permanente a causa de un hematoma al interior de mi cabeza, pero lleno de tranquilidad y esperanza de que aún mis sueños tenían una oportunidad más de hacerse realidad.



Con el pasar de las semanas he ido realmente entendiendo la magnitud de lo que pasó y de lo que pudo pasar, que no pasó, la angustia que enfrentaron mis padres y mis hermanos, y creo que por el resto de mi vida seguiré entendiendo esta nueva oportunidad.


Cada mensaje de mis padres, hermanos, cuñados, tíos, primos, amigos y mi sobrino fueron una manera de decirme: “Tienes una oportunidad, sigues con nosotros, estamos contigo”, y de entender que después de un año y algo de muchos aprendizajes personales en Italia, podía decirme:



“Estás hoy aquí, estás aquí ahora, estás ahora ya, y ya es ya, es que estás actuando en el instante y viviendo por hacer valer esa oportunidad cada segundo del hoy. Hazla valer, porque en el segundo después no se sabe si estés”.

Hoy estoy viviendo así, pendiente de terminar con muchos exámenes más de revisiones para asegurarme de que no hay más lesiones en mi cabeza, pero seguro de que estoy bien, sin afectaciones, y con la convicción de que estoy y voy a aprovechar al máximo esta nueva oportunidad.



A los que se han preocupado por mí se los agradeceré eternamente, los que han mandando mensajes de aliento desde el corazón se los agradezco con el alma. Estoy bien y seguiré adelante, y vivan cada segundo que luego no sabemos.



Escrito el 20 de abril de 2019

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