¿Y qué pasó contigo?

Hace unos varios días, cuando se fue de esta corta experiencia que llamamos vida, un cantante español llamado Pau Donés, se removieron todas las redes sociales como mediáticamente lo hacen con la circunstancia del momento, para expresar miles de palabras, recordar sus canciones más famosas, o más gustadas, seguro transportándonos a eventos personales vinculados a los miles de sentimientos que podríamos haber escuchado en las letras del tan conocido Jarabe de Palo. Yo escuché las canciones que más recordaba, y puse aleatoriamente todos sus álbumes a sonar.

 

Me remití a hacer dos tuits conforme a los dos primeros pensamientos que me generó leer la noticia de la muerte de este vocalista, y en uno hice una especie de agradecimiento, pues a mis hermanos mayores, sobre todo a mi hermana, fue a quien les escuché este grupo, y realmente conecté con mi forma de sentir muchas cosas, por eso siempre me gustó, por que sus letras me parecen bonitas por lo sencillas que son, por lo convencional y lo cotidiano de las historias que relatan, cantando al amor, a la vida, a la amistad, a lo circunstancial de cualquier existencia humana, y creo que así mismo se fue de este mundo este man.

 

Escuchar sus canciones me conectaron con un viejo yo… realmente no un viejo yo, sino un yo profundo, uno que la vida me ha hecho mandar bien adentro, que late cuando tiene que latir, cuando sucede algo que lo hacer latir.

 

Pasa que la vida está en los detalles, dicen unos, y de verdad que para muchas ocasiones es así, la variedad de cruces circunstanciales que pasan en frente a nuestros ojos es infinita, pero hay sólo una manera que un cruce se vuelva importante, y es conectando.

¿Cómo ocurre? No tengo idea, simplemente ocurre, porque la vida nos da una oportunidad, y si esta oportunidad la llenamos de razones para que permanezca, permaneceré, si la llenamos de prevenciones, miedos e inseguridades, así como llegó, así mismo se irá.

 

A veces insistimos en no conocernos, pero creo que sí, nos conocemos entre muchos sin saberlo, ¿cómo? No lo sé, tal vez le decimos mentiras a nuestro consciente, cuando es nuestro subconsciente quien nos dice que sí, que nos conocemos, con la manera en que conectamos, cuando coincidimos en intereses, cuando complementamos en convicciones, de ahí que podríamos decir: “No te veo, pero pareciera que te he visto, no te he sentido, pero pareciera que te siento, no te gusto, pero pareciera que te he gustado”

 

Y enloquecemos por hacerlo… o peor aun cuando salimos corriendo, enloquecemos por no hacerlo.

 

Escrito 30 de junio de 2020.

Comentarios