Triada de 3 de enero

Es interrumpida la pregunta, aun más desenfocada la respuesta, es añorada la esperanza, es atormentada la oportunidad, anunciada la posibilidad, de que algún día pueda ser certera una verdad, de que el amor verdadero en mi vida vuelva a encontrar.


Preguntan los porqués de mi soledad, respondo sobre la aleatoriedad de las circunstancias, indagan sobre lo no creíble de mi realidad, respondo sobre lo instintivo de mis decisiones, cuestionan el lanzarme al abismo con mis sentimientos, determino lo no discutible de ello.

 

¿Por qué no tienes pareja? Insisten, porque algunas que me quisieron yo no pude tanto como para quedarme, porque las que me idealizaron para hacerme ser lo que no soy se estrellaron, porque la que amé con mi vida, y por quien equivoqué y arriesgué dijo no, y porque aun no ha llegado.

 

Los más cercanos aúpan mi perseverancia profesional, mi testarudez positiva, mi ímpetu temperamental, mi convicción personal, así no entiendan nada de lo que hago, nada de cómo en mi cerebro estropeado dimensiono conexiones y escenarios para crecer insistiendo.

 

Los más lejanos juzgan mi actuar por insistir en lo para ellos personalmente irracional, mi amargado proceder, mi altivo poder de confianza y de qué es posible, ¿qué? algo, o todo es posible, esos me señalan por haber saltado del barco del amor por perseguir un sueño.

 

Creo en el amor bonito, ese a primera vista, ese que llena de nervios, que da retorcijones, ese que te hace sonreír en la soledad de los pensamientos, ese que te exige, que dinamita la creatividad, que reta la esperanza, que te hace vibrar el intelecto, que te inunda de paz, tranquilidad y pasión.

 

Creo en actuar por sentimientos, así deba ir a la luna a insistir por ellos, no creo en la diferencia de edades, creo en la conexión de las almas, no creo en los comportamientos esquivos, creo en las buenas conversaciones que activan el ritmo de los pensamientos, creo en el brillo de los ojos.

 

No creo en la indiferencia como modo de hacerse interesar, creo en la magia de las situaciones y las palabras, no creo en el orgullo, creo en los reencuentros inesperados, no creo en la presencia silenciosa, creo en la admiración mutua, creo en el interés porque ya estamos interesados.

 

Creo en el 2020, en el final de él, creo en el 2021 y en lo que viene con él.

 

 

Diego Luis García Estefan

Enero 3 de 2021

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